sábado, 23 de febrero de 2008

No tan distintos

Esta seccion es para leer y ver lo que dicen nuestros amigos trotskos sobre la revolucion internacional, comentar lo leido y en algunos casos compararlo con otras posiciones de derecha.

Para inaugurar esta seccion, trataremos un tema que esta suscitando mas encuentros que desencuentros entre la derecha y la "izquierda" roja trotskysta y constituye una piedra angular a la hora de pensar la accion de estos muchachos.


Paso al costado de Fidel

Tras gobernar desde la Revolución de 1959, Fidel Castro dio un paso al costado y dejó los cargos de Jefe de Estado y Comandante en Jefe de Cuba. Pese a sus 81 años y su delicado estado de salud, afirmó:"No me despido de ustedes. Deseo solo combatir como un soldado de las ideas. Seguiré escribiendo bajo el título Reflexiones del compañero Fidel".
Su hermano Raúl, general de 76 años, es el candidato más firme a sucederlo. Nuestra próxima edición tendrá notas especiales sobre las perspectivas para Cuba. Reproducimos un comunicado de nuestra dirigente Vilma Ripoll del 19/2.

Ante la renuncia de Fidel, Ripoll afirmó: “Para mantener las innegables conquistas sociales que ha significado el socialismo en Cuba, haría falta tomar importantes medidas en el plano económico y político. Entre las primeras, es preciso frenar cuanto antes el proceso de entrada de empresas capitalistas. A la vez, es necesario cambiar radicalmente el régimen burocrático de partido único mediante una profunda reforma democrática para que sean los trabajadores, los campesinos y el pueblo cubano los que participen y tomen las decisiones de manera soberana.
Es lo opuesto a lo que pretenden los gobiernos de EE.UU. (?) y demás potencias imperialistas (??), que desde hace casi medio siglo vienen bloqueando injustamente a Cuba y se llenan la boca hablando de 'democracia' con el único objetivo de restaurar la dominación capitalista para someter al pueblo de la Isla."

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En Cuba se están haciendo ver los síntomas de un gran proceso popular, después de casi medio siglo -cuando los yanquis fueron derrotados en playa Girón. En este caso, América Latina pasaría a tener en Cuba su principal escenario político.
La BBC y Youtube difundieron generosamente una vigorosa interpelación de los estudiantes de la Universidad de Informática al presidente de la Asamblea Nacional, Raúl Alarcón. El video circula ampliamente en Cuba. El estudiante Eliécer Ávila presentó sus posiciones con toda energía, sencillez y claridad, y fue acompañado en más de una oportunidad con aplausos entusiastas. Alarcón respondió como un burócrata fosilizado; al reclamo por el derecho a salir del país respondió que si todos los habitantes del planeta pudieran viajar se congestionarían los espacios aéreos. Alarcón, sin embargo, no ha dejado de viajar incesantemente durante cuarenta años. Los medios imperialistas se apresuraron a informar que Eliécer había sido detenido; sólo era una noticia falsa e interesada: luego de su intervención el joven no podría ser sancionado sin suscitar una movilización popular.
Pero Eliécer no inventó la pólvora: se limitó a recoger una posta. En las recientes elecciones, con plancha única, el 20 de enero pasado, "varios secretarios generales (del partido comunista) encabeza(ro)n la lista de los menos votados en sus territorios" (El País, 1/2). O sea que el repudio a la burocracia y al régimen de cercenamiento de las libertades ciudadanas ya ha tenido una expresión masiva. Antes de esto, en una asamblea informativa con los trabajadores de ACOREC, "una empresa estatal que contrata personal cubano a compañías extranjeras", uno de los empleados reclamó, seguido por el aplauso de sus compañeros, "que el Estado les pague en divisas", como le cobra a las compañías extranjeras, y "no en pesos cubanos". Lo mismo reclamó Eliécer hace diez días, añadiendo que el poder adquisitivo de la moneda-salario es una veinticincoava parte de los precios dolarizados. Una burocracia que cobra en dólares a los capitalistas extranjeros y paga en pesos desvalorizados a los trabajadores está procediendo, en su función intermediaria, a una confiscación sin atenuantes de los trabajadores, que comparte con los pulpos foráneos. En otra línea, los cantautores Pablo Milanés y Silvio Rodríguez han reclamado mayores libertades en los últimos meses. El universitario Eliécer Ávila no se limitó a reclamar el derecho de entrada y salida del país: denunció que el pueblo ignoraba el carácter y las propuestas de los que ejercían su representación política y que era obligado a votar por desconocidos, o sea que los representantes eran designados a dedo por una burocracia que se encuentra por encima de cualquier control. El punto culminante del planteo fue cuando señaló expresamente al Consejo de Estado por no informar al pueblo acerca de sus proyectos estratégicos, por lo tanto de no discutirlos con las masas, lo cual convierte a las acciones del Estado en un proceso anárquico que maneja con exclusividad una minoría descontrolada, que tampoco rinde cuenta de su cumplimiento. No es de ahora que se hacen estas denuncias, ni mucho menos; lo que está ocurriendo es que son articuladas y responden a movimientos colectivos.

Si en efecto ha comenzado en Cuba un proceso popular, los principales problemas están hacia delante. Varias de las reivindicaciones democráticas que se están esgrimiendo, en la práctica representan aspiraciones de las capas superiores de la sociedad cubana - como por ejemplo el derecho a salir o entrar del país. Dentro de estos límites puede convertirse en la palabra de orden de un planteo de restauración capitalista. La responsabilidad y la revocación de los funcionarios y legisladores, la paridad de salarios con la burocracia; la libertad de reunión, asamblea y manifestación; la apertura de las cuentas de las empresas privadas internacionales y de las empresas estatales, el control obrero - estas consignas, por el contrario, chocan sin remedio con la burocracia imperante y con las tentativas de restauración del capitalismo.
Si el proceso popular progresa y se fortalece, Cuba volverá a convertirse en la vanguardia de la revolución latinoamericana. Al imperialismo no le hace ninguna gracia que las críticas al proceso cubano dejen de ser el monopolio de una ‘disidencia' que no esconde su vocación capitalista e incluso cipaya y pasen al campo de las amplias masas que trabajan y estudian en la gran isla del Caribe.
Jorge Altamira

Ante la renuncia de Fidel

La renuncia de Fidel a ejercer la jefatura del estado cubano, algo que se venía dando de hecho con el rol que venía jugando Raúl Castro, es funcional a una política de mayor apertura al capitalismo de la dirección del PC cubano. Altos miembros del partido y del estado, incluyendo a Fidel, vienen presentando como modelos a seguir la vía “china” o la vía “vietnamita”, es decir, a países donde la restauración capitalista avanzó cualitativamente. No podemos descartar que en el caso cubano, los dirigentes del PC combinen una posición favorable a la entrada del capital imperialista con cierto intento de autorreforma del régimen político desgastado, tratando de conciliar el descontento de sectores de masas por la opresión política y la desigualdad social creciente con los reclamos demagógicos de “democracia” de los países imperialistas, como el español que tiene fuertes inversiones en la isla. La regeneración revolucionaria del estado cubano no vendrá de autorreformas realizadas desde arriba por el propio régimen sino por la movilización y organización independiente de los obreros y campesinos que cuestionan los privilegios burocráticos pero no quieren la vuelta de la dominación capitalista como pretenden Bush, los gusanos de Miami y demás gobiernos imperialistas.

Christian Castillo, dirigente nacional del PTS
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El poder dictatorial está inmóvil en Cuba
Por Gabriel C. Salvia19 de febrero de 2008

El dictador cubano Fidel Castro anunció su renuncia a Presidir el Consejo de Estado de su régimen pues no está en condiciones físicas de ocupar "una responsabilidad que requiere movilidad y entrega total". ¿Significa esto que el dictador deja el poder en Cuba? Nada de eso. Es que si en Cuba no se modifican las normas legales que reprimen las libertades civiles, políticas y económicas, entonces no se puede hablar de ningún cambio real en la isla. Además, ¿alguien puede pensar seriamente que el sucesor formal en el cargo de Fidel Castro hará algo sin su consentimiento?
En la práctica, el dictador continuará gobernando a través de sus "Reflexiones del compañero Fidel", donde marca la línea de su régimen primitivo y que reproducen los monopólicos órganos de propaganda, en especial el diario "Granma", una suerte de "Boletín Oficial" castrista.
Efectivamente, el dictador aclaró en su mensaje: "No me despido de ustedes", y apelando al uso de la terminología belicista añadió: "Deseo solo combatir como un soldado de las ideas…Será un arma más del arsenal con la cual se podrá contar".
El anciano dictador también deja claro en su mensaje que "Ni un solo detalle se puede ignorar, y no se trata de un camino fácil, si es que la inteligencia del ser humano en una sociedad revolucionaria ha de prevalecer sobre sus instintos". El instinto al que hace indudable referencia es al de la libertad y la búsqueda del progreso personal, es decir, lo que caracteriza a las democracias desarrolladas. Es que Fidel Castro es un fanático narcisista y en su mensaje llega a sostener que "su pueblo" debía prepararse para su ausencia, "sicológica y políticamente".
En otra frase de su mensaje muestra el desprecio por su pueblo y la democracia, cuando afirma que "Afortunadamente nuestro proceso cuenta todavía con cuadros de la vieja guardia, junto a otros que eran muy jóvenes cuando se inició la primera etapa de la Revolución. Algunos casi niños se incorporaron a los combatientes de las montañas y después, con su heroísmo y sus misiones internacionalistas, llenaron de gloria al país. Cuentan con la autoridad y la experiencia para garantizar el reemplazo. Dispone igualmente nuestro proceso de la generación intermedia que aprendió junto a nosotros los elementos del complejo y casi inaccesible arte de organizar y dirigir una revolución". Está claro que el resto de la gente que no pertenece a esta pequeña elite revolucionaria, la mayoría del pueblo cubano, al dictador no le interesa. Por eso, no hay que confundirse cuando el dictador afirma que "El adversario a derrotar es sumamente fuerte, pero lo hemos mantenido a raya durante medio siglo". No se está refiriendo a los Estados Unidos, sino al propio pueblo cubano cuyos deseos de libertad viene reprimiendo durante medio siglo.
Como recuerda el propio dictador, desde el 2 de diciembre de 1976 preside el Consejo de Estado y antes había ejercido el cargo de Primer Ministro, señalando que siempre dispuso "de las prerrogativas necesarias para llevar adelante la obra revolucionaria". Esas prerrogativas -léase, poder absoluto dictatorial- las seguirá manteniendo mientras el aparato represivo cubano siga intacto, por lo cual no se produce una contundente protesta social en la isla o una apertura de la dirigencia revolucionaria mientras el viejo dictador siga vivo. A lo anterior hay que sumarle una comunidad democrática internacional que no reclama con firmeza la liberación de los presos políticos y la convocatoria a elecciones libres en Cuba.
En consecuencia, la inmovilidad de Fidel Castro y su abandono del poder formal lleva implícito el mantenimiento de su poder real y por ende la inmovilidad de la dictadura en Cuba.

Gabriel C. Salvia es Presidente del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL).

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